martes, 9 de diciembre de 2008

126 - Cortázar


- Por qué, con tus encantamientos infernales, me has arrancado a la tranquilidad de mi primera vida... El sol y la luna brillaban para mí sin artificio; me despertaba entre apacibles pensamientos, y al amanecer plegaba mis hojas para hacer mis oraciones. No veía nada de malo, pues no tenía ojos; no escuchaba nada de malo, pues no tenía oídos; ¡pero me vengaré!


Discurso de la mandrágora, en Isabel
de Egipto
, de ACHIM VON ARNIM

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